Recibimos en Oliete a 18 emprendedoras europeas del programa The Break Fellowship junto al equipo de Rooral como facilitadores de la experiencia.

18 mujeres salieron de sus casas y países de origen para embarcarse en la aventura de teletrabajar durante 28 días en un pequeño pueblo de España con una población de 330 habitantes. Probablemente, ninguna de ellas conocía las sorpresas que les esperaba al llegar; viviendas rurales sin reformar que poco tienen que ver con los pisos céntricos y cómodos de las ciudades, cortes inesperados de luz y conexión WIFI que no entienden de reuniones urgentes, dos tiendas locales pequeñas y sin sección bio o sin gluten… En definitiva, todo un reto para ellas.
Sin embargo, sus maletas hoy vuelven llenas de muchas otras cosas…
Conexión con la comunidad.
En un mundo en el que nos hemos esforzado por construir infinidad de barreras que nos separan los unos de los otros, esta experiencia nos ha demostrado que los vínculos reales no entienden de culturas ni tampoco de idiomas.
“Cuando comprábamos en la tienda de Angelines, ella siempre era muy atenta con nosotras y nos acercaba las cosas que no encontrábamos en los estantes del SPAR», Alina de Rumanía.
“Me llevo el mimo y el cuidado de María José. Cuando tenía un mal día, ella siempre me ofrecía un abrazo y un mantecado casero de la panadería. Así, el día siempre acababa mejor», Ivana de Croacia.




Desde un inicio, todas ellas participaron en varias actividades locales junto a Juan, Tomás y Cat, miembros de Rooral e implementadores del programa The Break en Oliete, junto al equipo de Despertadores Rurales y Apadrinaunolivo.org
Vivimos la experiencia de enterrar nuestras manos en la tierra rojiza de Oliete para acceder a esa sabiduría que, desde generaciones había sido la base de la economía local junto a la ganadería y minería. Carmen, vecina de Oliete, nos condujo desde la chopera hasta su pequeño huerto para mostrarnos las plantas medicinales que ella y su marido Ricardo, cultivan y con las que preparan ungüentos caseros de camomila y lavanda.
Raluca, una de las emprendedoras cuyo proyecto está relacionado con la elaboración de productos de cosmética natural, compartió sus conocimientos con Carmen para juntas enriquecer sus fórmulas curativas.




Kiki, artista croata, compartió su don creativo retratando a los vecinos de Oliete y exponiendo sus obras en el bar de la plaza de la iglesia, bajo el nombre “Almas de Oliete”. Ella nos explicó cómo era capaz de ver más allá de la apariencia física de las personas. En un encuentro de risas, complicidad y productos gastronómicos típicos de la zona, se volvió a crear esa magia que conecta a las personas y no entiende de lenguas.
Compromiso con lo rural.
Comprometidas con poner al servicio del pueblo y de la comunidad sus conocimientos y suma de perspectivas, las breakers participaron y se implicaron en el reto local de vivienda “Dream Big Teruel” junto a varios jóvenes turoleses y vecinos locales para desarrollar ideas innovadoras que ofrezcan diferentes soluciones al problema de vivienda en Teruel.
Un evento convocado por el CIT de Teruel y facilitado por Xavier Verdaguer junto al equipo de Rooral y Despertadores Rurales.



Confianza en sí mismas.
Todas ellas vinieron con un proyecto de emprendimiento bajo el brazo, desde impartir sesiones para para gestionar situaciones de conflicto y estrés en las corporaciones, a cómo ayudar a las mujeres para poner en valor sus productos y servicios o facilitar apoyo a los jóvenes para que puedan convertirse en innovadores sociales capaces de afrontar retos cruciales a escala mundial.
Dichos proyectos pudieron enriquecerse con las diferentes visitas institucionales que llevamos a cabo al LAAAB de Zaragoza junto a Sara Anés para conocer en detalle el modelo del Hexágono de Innovación Pública y la importancia de conocer los roles de equipo para poner a las personas en el centro de las organizaciones, así como a la Diputación Provincial de Teruel para conocer los proyectos de innovación territorial que desde el departamento de Programas Europeos y Desarrollo Territorial se impulsa.




Decir sí a la vida.
“Vinimos cuando Raquel, la farmacéutica, todavía estaba embarazada y nos vamos viendo cómo acoge a su bebé entre sus brazos. Para nosotras, Oliete simboliza VIDA , y estamos seguras de que volveremos con nuestras familias y amigos», Tina de Croacia.
“Nuestras expectativas eran altas, pero ahora me doy cuenta de que todas se han cumplido. Ha sido una experiencia maravillosa”, Magda de Rumanía.
«Me llevo entender que cuando implicas a las personas en lo que haces, el resultado deja de ser el objetivo, y consecuentemente, este se triplica. Gracias por enseñarnos lo que significa ser una C O M U N I D A D», Alina de Rumanía.
Estos son solo 3 testimonios de los muchos que hemos escuchado en el tiempo que ha durado la experiencia. Si algo tenemos claro, es que cerramos un capítulo que se ha convertido en un referente para seguir trayendo vida, sinergias y oportunidades a los pueblos.
Ahora nos toca iniciar la siguiente aventura. ¡Muy pronto os contaremos de qué se trata!
See you soon 😉
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